Un rasgo característico y de importancia continua para la Historia de Suiza es la situación estratégica del país en el eje norte-sur del tráfico continental y la difícil accesibilidad de los valles en el interior. Los pasos alpinos fueron objeto de codicia para las grandes potencias europeas: el control de los puertos fue motivo de guerra y conquista para romanos y alamanes en la Antigüedad, los Habsburgo en el Medioevo y la Francia de Napoleón en la Modernidad.
La Confederación Suiza se transformó a lo largo de los siglos de una laxa unión tripartita de las comarcas forestales en 1291 (juramento de Rütli) en un Estado federal moderno con 26 cantones. Hubo momentos en la Historia de Suiza en los que la unión confederal hubiera podido quebrantarse por intereses divergentes de sus Estados miembros, un peligro que sólo se pudo vencer definitivamente con la fundación del Estado federal en 1848.